Saturday, August 29, 2009

LA GRAN TRAVESIA (SEGUNDA PARTE)



"Yea though I walk through the valley of death,
I will fear no evil: for Thou art with me;
Thy rod and Thy staff they confort me".
(Psalm 23:4)

Son las cinco y media de la manhana y estoy en el chai shop de la estacion de trenes de Quetta y me acabo de comer una paratha (un chapati, frito) con un huevo y un chai.
Cuando llegamos a Quetta era aun de noche y la situacion estaba muy tensa. Hay hombres armados por todos lados y en las calles estan estacionados tanques con torretas ametralladoras. Al parecer, por lo que nos cuenta el rickshaw-wallah, ayer hubo atentados y mataron a un grupo de soldados y policias, ocho en total. Todo el mundo insiste en que la ciudad es muy peligrosa en este momento, y sobre todo para un extranjero ("foreigner", me dicen sonriendo, mientras hacen el gesto de cortar el cuello pasandose la unha del pulgar derecho por la garganta), asi que sigo los consejos de Umair y del rickshaw-wallah y vengo directamente a la estacion, que esta blindada como un aeropuerto, y que unanimemente coinciden en que es "the safest place in Quetta", a comprar un boleto para Lahore. Llevo veinticuatro horas viajando en tension y por lo que parece me esperan otras veinticuatro. Eso si que es una gran travesia: Bam-Zahedan-Quetta-Lahore, non-stop. Hoy es el dia de la independencia de Pakistan, y se esperan fiestas en todo el pais, pero no seria extranho que los separatistas baluchis utilizaran justamente esta fecha simbolica para realizar algun atentado. Aqui, en Quetta, se siente uno mas en Afganistan que en Pakistan, y de hecho se habla de un apoyo silencioso de la poblacion a los talibanes, algunos de cuyos jefes vienen aqui a esconderse y a juntar dinero y hombres para su lucha. Dicen que aqui es donde esta el Mullah Omar.
Toda esta zona tiene una forma de gobierno esencialmente tribal, y nunca ha podido ser gobernada sin problemas. Ni por Alejandro Magno, ni por los ingleses, ni por el gobierno de Pakistan, que al parecer esta en una crisis seria: de gobernabilidad, de credibilidad, que podria llevar al pais a la fragmentacion. Todo el barrio es un polvorin.
En la estacion se siente un aire muy parecido a la India. Una India musulmana. Con la excepcion de la gente tribal, con sus barbas y turbantes, y sus mujeres escondidas tras las burkas, que las cubren de pies a cabeza y no dejan ver ni los ojos, el resto podria estar en Ajmer, o en algun barrio musulman de Delhi. El chai es Indio, y el idioma tambien, aunque aqui se llame urdu y se escriba en caracteres arabes, de derecha a izquierda, como el farsi. Creo que los suenhos de Jinnah y de Iqbal, de una nacion de indios musulmanes salio mal. La Gran Madre India, pluralista e incluyente, es mucho mas sana, pacifica, fuerte, y prospera. Creo que mas de algun pakistani se da cuenta de ello, pero el orgullo les impediria aceptarlo.
Las vias del tren, puestas durante el Raj britanico, atraviesan a Pakistan de oeste a este, desde Quetta hasta Lahore. A los lados del camino vemos campamentos nomadas, con sus camellos y sus tiendas, y despues, a una cierta distancia pero siempre presentes en el horizonte, una cadena montanhosa alta y escarpada, totalmente arida, que separa a Pakistan de Afganistan. Si el tren va de oeste a este, la cordillera es nuestro horizonte norte.
La atencion que me brindan los locales es a veces demasiada, y con su obsesion por el Islam, que es la unica cosa por la que viven, me hacen bromas, preguntandome porque no rezo, llevandose las manos al lado de las orejas, y alguno me hace incomodas preguntas sobre mi religion: despues de la experiencia en Isfahan mi respuesta es que soy cristiano y punto, y que asi estoy muy bien, gracias. Tienen tal conviccion que se sienten obligados a convertir a los infieles que encuentran; sienten profunda compasion y pena por nosotros, y nuestra infidelidad, ademas, los vuelve inseguros, vulnerables. Mas de una vez me han dicho que Jesus no es hijo de dios, que es un profeta, como Mahoma. Yo intente responder que somos todos hijos de dios, o algo por el estilo, pero me tope con miradas de incomprension. Mejor sonreir, y cambiar de tema.
Hacia el sur se abre un inmenso valle de la desolacion, y cualquier ser humano que se encontrara ahi sin estar preparado, moriria en pocas horas de calor, insolacion, y sed.
A eso de las tres de la tarde llegamos a Sibi, otro lugar caliente y polvoriento cuyo unico interes es una importante estacion de trenes, y esperamos alrededor de una hora para hacer un cambio de maquina y anhadir dos vagones, que como el resto de la infraestructura ferrocarrilera parecen no haber recibido mantenimiento (ni limpieza) desde el dia en que se fueron los ingleses, que se llevaron con ellos tambien la puntualidad. Umair va a un lugar llamado Multan, y quiere invitarme, pero mi prioridad es llegar a Lahore y conseguir la visa para la India, asi que declino la invitacion. Necesito una ducha, un cuarto con ventilador, y dormir quince horas seguidas.
El tren se detiene un millon de veces. Mach-Deramurad Jamali-Jacobaband-Shikar Pur-Sukkur y su puente sobre el majestuoso Indo...
Malduermo por el calor, en la litera superior, a donde no llega mas que aire caliente, pero antes del atardecer veo por las ventanas el primer verdor. Hemos salido del desierto y estamos en el Sindh, mas fertil, con arrozales, arboles y gente, mas trafico en los cruceros, mas color, y mucha, pero mucha mas humedad: tengo toda la ropa pegada al cuerpo y los ventiladores hacen poco. Pero hacen.
Ya son mas de treinta y seis horas que sali de Bam.

*

Cuando llegue a Quetta
habia tanques en las calles,
y ni una mujer, y chicos,
no mas que adolescentes luchando
una guerra dificil
de entender para quien no sabe
de razones tribales,
y de las causas de la fe.

*

Como a las cinco de la manhana llegamos a Multan y me despedi de Umair, que habia llegado a casa, y me volvi a dormir. Ahora son la siete y media y estamos en la pequenha estacion de Chichawatni, a un par de horas todavia de Lahore, y el sol comienza a pegar.
Al igual que Kashmir, el Punjab tambien fue dividido tras la separacion de Pakistan, aunque en este caso no hay disputa (no hay, pero la hubo, y en el "intercambio" de poblaciones hubo masacres por ambos lados, y cerca de medio millon de muertos): los musulmanes estan de este lado, y todos los demas estan del lado Indio. Los pueblos del Punjab pakistani son mas pobres, sucios y miserables de los que se ven en India, y sufren de un estancamiento y salinizacion del agua que crea unos pantanos malsanos de un verde muy intenso en los que se refrescan enormes bufalos, de un negro tambien muy intenso. La desolacion, la desesperanza, la dureza de la realidad presente, alimentan el suenho de la vida futura, del mas alla, que es la piedra angular del Islam y de casi todas las religiones.
En el vagon del tren, que tras veinticuatro horas de viaje es ya tambien un triste y sucio basurero, van tres policias armados con viejas y desgastadas carabinas, y uniformados con unas camisas de lana negra que los tiene sudando en continuacion. Estan cansados y aburridos y se quedan dormidos con la barbilla apoyada en la punta del fusil. El distintivo que llevan dice: POLICE IS YOUR FRIEND.
En las afueras de Lahore, en un campamente de nomadas, o de refugiados, veo el primer mono: esta amarrado con una soga y muy ocupado atrapando y comiendose sus piojos.

LAHORE.
Dejado atras el desierto. Dejados atras los baluchis, los pashtunes y los afganos, sus turbantes y sus largas barbas de talibanes, sus miradas peligrosas, llenas de fuego. Dejadas atras las caravanas de camellos, los primeros contrabandistas, quizas, que siguen cruzando fronteras, hoy en dia, con su cargamento de opio y kalashnikovs. Aqui estamos en el Punjab, tan Indio como el que mas: hay colores, y mujeres sin velo, y un islam que instintivamente siento mas abierto: islam masala. Y la ciudad, Lahore, la ciudad de Kim y de Kipling, me recuerda a Delhi, y a todas las ciudades que fueran importantes durante el Raj; con su toque de viejo imperio, sus campos de cricket y su dulce manera de hablar ingles.

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