Friday, August 7, 2009

EL VIENTO VIENE EL VIENTO SE VA...



Otro dia de viaje salvaje: nuevamente de Tatev a Goris, esta vez con Norik que viene con su jeep al mercado, hago un salto para recuperar felizmente mi diario, y luego de Goris a Kapan y de alli a Agarak, que es la frontera con Iran. Montanha arriba y montanha abajo en marshrutkas repletas con enormes e impacientes esperas entre trayecto y trayecto (la marshrutka no sale hasta que esta LLENA). El camino de Goris a Kapan entra y sale de Nagorno-Karabaj, y hay letreros al borde de la carretera que advierten la presencia de minas aun sin explotar. Asi que no hay que alejarse mucho del asfalto.
En Kapan, aprovecho la espera para tomarme las ultimas dos cervezas.
De pronto salimos finalmente de las montanhas frias y verdes y llegamos a otras montanhas, deserticas y ardientes. La frontera es una frontera seria, con alambradas y soldados y un rio con puente que atravieso como siempre caminando, las dos banderas solitarias ondeando, luego revisiones, preguntas, controles, sellos, pim pum pam y estoy en Iran. Cansado, que digo, cansadisimo, y entorpecido por tanto sol. Cambio 100 dolares por los que me dan 1,000,000 de riales todos y cada uno con la figura del Ayatollah Khomeini. Parece Mexico en los ochenta, y asi cargado de billetes salgo a buscar un pasaje para Jolfa, el pueblo mas cercano, para de ahi coger un autobus a Tabriz, pero resulta que hay solo taxis a Jolfa y luego nada a Tabriz... Afortunadamente un senhor irani,un business-man de Tabriz que volvia de Armenia, se apiado de mi y me trajo hasta Tabriz en taxi. Total, como me dijo, yo tengo que ir de todos modos. Asi que tengo ocasion de descubrir inmediatamente la famosa hospitalidad (y generosidad) de los iranis.
En un solo dia de viaje pasamos de la feracidad de las montanhas armenias a la aridez casi absoluta de Iran, que por ahora es una impresion vista desde la ventana de un taxi. Pueblos polvorientos al atardecer, autopistas perfectas, minaretes, y una lengua incomprensible, el farsi, escrita de derecha a izquierda en el alfabeto arabe, y mujeres cubiertas de pies a cabeza, casi todas de negro.
Llegamos a Tabriz cuando ya ha obscurecido y me consigo un cuarto en la pension Masoud, cerca del parque Golestan, y me apresto a dormir. Llevo tres dias sin banharme y estoy todo pegajoso, pero la ducha se paga aparte y estoy demasiado cansado y ya me lavare manhana.

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