Thursday, February 25, 2010

THIS IS THE END, MY ONLY FRIEND



Harry Ohm asked himself what keeping a diary does to a man’s psyche: is it merely an exercise in self-absortion? Is it akin to therapy, or else a disease? Funny how it takes up a relatively small amount of time (not more than a few hours a week), and yet becomes so central, only because it presents us with recorded excerpts of our life. Sometimos I feel it is like a drug, an anchor, something that gives solidity to a fluid, wandering existence. I write therefore I am. That is trae, but it also is so-oh-incomplete. I play therefore I am, I fuck therefore I am, I think therefore I am, I shit therefore I am, I get angry I cry I laugh I sleep therefore I am, and I also am, quite simple.
I (evberything) therefore am.
I am (everything).
I anda m are inseparable. There is no I that is not. (Harry smiles as he realises he’s talking like Sartre now, but Sartre is also part of who he is. Quite simple actually).

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Miércoles 13 de enero

No hubo manera con las visas, por lo que hemos decidido viajar al sur, a Gokarna, para pasar unas semanas a orillas del mar antes de emprender el camino de regreso. Varanasi no está siendo fácil estos días, entre los cantos con altavoz (más que cantos aullidos… Cheenie, la chica de la casa, dice que más que llamar a dios lo están ahuyentando) de los peregrinos del dharamsala (refugio) que tenemos a diez metros de nuestra ventana, y que están aquí por millones para el inicio del Khumb Mela, con el frío y la absurda insistencia con la que la familia enciende fogatas ADENTRO de la casa, y las alimenta con gasolina, llenando todo de un espeso humo negro que nos tiene a todos tosiendo y llorando y escupiendo negro y que por más que tratamos de explicar lo mal que hace nos miran con ojos vacíos, de borrego (total ellos viven en el piso de abajo y el humo SUBE), y finalmente con la lluvia, que volvió hoy para convertir nuevamente las calles en ríos de mierda y lodo. Varanasi será fascinante, pero es indudablemente mala para la salud. Creo que difícilmente volveremos a pasar una larga temporada aquí, y empiezo a estar ansioso por irme. Son días de empacar, de mandar paquetes (las nuevas camisetas de la banda a Italia, el sitar a México), y encima de todo me llegó una inmensa traducción legal, gris y monótona como suelen serlo, y Varanasi es probablemente el peor lugar del mundo para trabajar, con los cortes de luz, el ruido, la pésima señal de Internet, y ahora el frío y el humo que tenemos en casa.

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Sábado 16

No he hecho nada más que traducir y preparar la partida, viendo y sintiendo como todo a mi alrededor es un hormigueo humano. El Kumbh Mela es en Haridwar este año, pero quien no puede ir hasta allá viene a Varanasi, y no serán millones pero si son cientos de miles (Kumba Mela es la agrupación más grande de humanos en la tierra, la única que se ve desde el espacio), y ayer se bañaron todos en el Ganga para celebrar ritualmente el eclipse parcial solar, que yo sentí por el cambio de temperatura y en la calidad del color y de la luz; la consigna era “snam, dhyan y daan” (baño ritual, meditación y limosna para los pobres). Pero no hay tiempo para todo eso, y estoy en el cafecito que cariñosamente bautizamos como “el café de Moran”, trabajando en la traducción, en papel porque la computadora se puede usar solo cuando hay electricidad, o sea muy de vez en cuando.

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