Thursday, February 18, 2010

POR EL DESIERTO


Ayer por la tarde dimos un paseo en camello por los cerros desiertos en torno a Pushkar. Un día frío, polvoriento, que concluyó con un atardecer perfectamente apocalíptico, con un sol como una bola de fuego naranja que se hundía en el horizonte, mientras que por el otro lado salía una luna casi perfecta. Íbamos dos por camello; dos camellos viejos y cansados de tanto trabajar, guiados por su dueño, un gitano de nombre Pachu, y su hijo. Pachu habla poco inglés y es tartamudo, mientras que su hijo es sólo silencio. Un paseo triste pero majestuoso, con paisajes, naturaleza, y gente vista desde las alturas de nuestras carabelas del desierto, mecidos por el paso lento y firme de las bestias. Bernardo y yo en el camello de atrás, bautizado “Tony”, nombrando todas las cosas de este universo primordial, mientras los huesos del culo iban volviéndose polvo.


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