Saturday, July 18, 2009

Insch'allah!


Las mezquitas son en mi cabeza como enormes cangrejos patas arriba, pequenhas torres de Babel que elevan su desafio al cielo cinco veces al dia. Istambul es demasiado para ponerlo en palabras: hoy estuve horas sentado en silencio a orillas del Cuerno de Oro con la boca abierta, respirando aire marino. Cada ladrillo, cada piedra, estan hechos de tiempo, y de sangre, y mi placer mas grande es el de moverme anonimament al ritmo de las muchedumbres que van y que vienen, sin rumbo, sin sentido. Paseo por Istambul de la mano de Pamuk, el anti-Chatwin, viajero de su propia ciudad: el flaneur de pantufla y bata.

"Never once did I entertain the idea of leaving the city. This wasn't owing to any great love of the place where I lived, but rather a deep-seated reluctance to abandon habits and houses that had made me the sort who ws just too lazy to try out anything new. I was, as I had begun to discover even then, the sort who could wear the same clothes and eat the same things and go for a hundred years without getting bored so long as I could entertain wild dreams in the privacy of my imagination".

En el puente de Galata me detuve a hablar con un viejo marinero iraqui, Hussein, veterano de tres guerras, la primera contra los israelis en el 67 y la ultima en los ochentas contra Iran. Me cuenta con devastadora franqueza que se habia retirado de la vida de marinero para volver a vivir en Bagdad: "Irak era un pais rico", me dijo en Italiano, "pero ahora no tenemos que comer". Se vino a Turquia para buscar trabajo en un barco, o donde sea. "Y las bombas...", dice con una risita nerviosa que sale de una boca de dientes marrones por el tabaco, "coches bomba por todas partes..." Cuando va a parar toda esa violencia?, le pregunte. "Cuando se acabe el petroleo", respondio. Nos quedamos mirando el Bosforo un rato como si ahi estuvieran las respuestas y despues de un rato nos despedimos con un apreton de manos y seguimos cada uno nuestros caminos tan diferentes. Le desee suerte de todo corazon, y el me dijo, "Ci vediamo, forse, un giorno, in Messico..."
"Insch'Allah!"

1 comment:

  1. Luis, Kerabán el testarudo viajó cientos de kilómetros por no pagar el peaje para cruzar el bósforo; en cambio, tu propia terquedad nos lleva a quienes somos víctimas del "notiempismo" a disfrutar del viaje lento y pausado; de la vida cotidiana y de la maravilla que implica la diversidad.
    Te mando un abrazo; sigue escribiendo y contándonos; Memo.

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