Saturday, January 30, 2010

BAKRI EID


Estoy casi recuperado de mi gripe, pero ahora el que está enfermo es mi maestro: se sentía mal del pecho hace tiempo y los análisis que se hizo en el hospital revelaron un principio de tuberculosis, afortunadamente curable. Yo estoy seguro que la causa es la pésima calidad del aire. Hoy en día a la mierda y al smog se une también el humo del plástico quemado cada día en las calles: el tóxico residuo inorgánico en las pilas de basura. Lo orgánico es devorado por vacas, perros, ratas, insectos, pero ahora que hay plástico en la basura a los indios no se les ocurrió nada mejor que hacer montoncitos por las noches, como han hecho siempre con el papel, la madera y el cartón, y prenderles fuego. Esta es sin duda una ciudad malsana.
Hoy sábado es el Bakri Eid, o “día de la cabra”, la fiesta musulmana del sacrificio que rememora el día en que Allah puso a prueba a Ibrahim, pidiéndole que le entregara a su hijo Ismael, en sacrificio. Como bien sabemos por la historia con la misma trama, aunque con los nombres de los protagonistas ligeramente cambiados, Allah, una vez convencido de la lealtad de Ibrahim, le permite que sacrifique a una cabra en lugar de su hijo. Así hoy, en todas las comunidades musulmanas del mundo se sacrifican cabras, corderos, y otros cuadrúpedos (según el país, en India por ejemplo el búfalo de agua, que por algún motivo los hindús no consideran sagrado). Hoy sería un buen día para comer birria en Varanasi.
Lo curioso es que estuve preguntando hace un par de días cual era la festividad que se celebraba hoy y nadie sabía, y es porque pregunté entre hindús. No tenían ni idea, lo que demuestra lo impermeables que son las comunidades en este país, aún cuando viven en el mismo barrio, o incluso en el mismo edificio, y eso que el Bakri Eid es fiesta oficial, puesto que hoy estuvo cerrada la escuela de Bernardo. Es además la fiesta más importante para los musulmanes, más que el cumpleaños de Mohammed, o el día en que subió al cielo en su caballo, y yo me pregunto porque no lo es para judíos y cristianos, si consideramos la importancia simbólica de ambos gestos: el de Abraham, que se rinde incondicionalmente ante su dios, y el de su dios, que convencido de su absoluta lealtad le demuestra clemencia. El episodio entre Ibrahim y Allah señala también, seguramente, el fin de la práctica del sacrificio humano en las religiones monoteístas, y sería, por este solo motivo, razón para celebrar.
Esta mañana, mientras Ale estaba en su clase de flauta, me llevé a Bernardo caminando por los ghats hacia el chai-shop, y no habíamos llegado aún cuando escuchamos un ruido ensordecedor cerca de nosotros y vimos, a no más de veinte metros de distancia, como un trozo de muro se despeñaba desde las alturas de uno de los muchos antiquísimos edificios que hay a orillas del Ganga. Nos protegimos de los ladrillos que volaban mientras crecía la nube de polvo y escombro, y desde los techos se escuchaban gritos de dolor y grupos de personas corrían hacia la casa que se había derrumbado, que luego resultó pertenecer a la familia de barqueros que lleva el chai-shop. Después supe que una parte de la pared había caído sobre una de las hermanas pero que estaba bien, lastimada solo superficialmente. Pero esa es una historia que se repite cotidianamente en todas partes de la India: viejas construcciones heredadas sobre las que cada generación, más numerosa, continúa añadiendo pisos, sin hacer jamás un estudio de resistencia de los materiales, ni tampoco una sola reparación que no sea superficial e inmediata: mantenimiento cero, y a vivir despreocupados hasta que un día la casa se caiga. Ese es el mantra.

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Muchas noticias desde fuera: Edy llega a Delhi el 24 de diciembre, por lo que estamos planeando un viajecito con ella, que incluye unos días en Delhi, y luego de ahí a Hampi y Gokarna; también hay noticias de Stefano, que sigue intentando organizar un viajecito con la banda a India: lo seguro es que llegan él y Vincenzo el 28 de febrero, pero parecía entusiasmado de que se apuntaran otros… ojalá… la banda en India sería una cosa increíble. Todo esto irá dando forma a los próximos meses de este viaje, y una de las cosas casi seguras, es que hacia finales de enero, una vez que se haya ido la Edy, viajaremos a Calcutta, y de ahí a Bangladesh, para renovar la visa (y para conocer, claro!). Durante todo este periplo Varanasi seguirá siendo nuestra base.

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