Wednesday, March 10, 2010

SALAAM BOMBAY!


Cae la tarde,
se asoma entre los árboles
la noche azul.

*

Es mi úlitmo día en la India, después de casi medio año de estancia. Se dice pronto pero no lo es tanto,y estoy tan “indianizado” que Bombay me parece demasiado ordenada, demasiado europea. Ranjit, el de la filmación, me dijo que parecía indio, “your body language is Indian, man”. Cumplido que atesoro con gusto.
Mañana a la una de la tarde vuelo a Bangkok, y espero que mi breve visita a Tailandia, país del que en realidad no sé nada, sirva como colchón para amortiguar el shock cultural que significa dejar la India y volver al mundo mundial.

*

Krishna dónde estás?
En Bombay que no te veo
sólo el neón azul
del espejo y la lentejuela
del mar más triste del mundo
que suspira de noche:
“Yo amo a la India
de dolor profundo”,
mientras los pescadores sacan
perlas de su boca.

*

Desayuno temprano en Leopold's, con la ciudad semi vacía despertando a mi alrededor. En un par de horas tengo que estar en el Aeropuerto de Dadar. La última vez que volé fue el día de mi cumpleaños, hace casi nueve meses, cuando comenzó este largo viaje. El vuelo de hoy pone un punto final a la aventura vía tierra, y he de insistir que son razones políticas (fronteras, visas, reglamentos) los que me obligan a volar, en vez de proseguir por tierra, como era mi deseo. Y este vuelo desde Bombay cierra un círculo también, que se abrió hace casi exactamente nueve años, el día en que llegué por primera vez a la India, a este mismo aeropuerto, justamente. El mismo yo, pero diferente: same same but different.
Llegando a Dadar la sorpresa de que mi vuelo había sido cancelado y de que me pusieron en el vuelo de la medianoche de hoy mismo y mientras tanto me trajeron al grande y frío mausoleo que es el Hyatt del aeropuerto, donde me dieron una habitación y la promesa de un copioso buffet. Para mí que viajo sin prisas la noticia no es tan mala ya que así llegaré a Bangkok a las seis de la mañana y no por la noche, y es siempre preferible llegar a una ciudad nueva, en un país nuevo, con la luz del día (además de que me ahorro una noche de hotel).

*

El avión no despegó de la pista sino un par de minutos después de la medianoche, por lo que, no obstante lo que indica el sello en mi pasaporte, dejé la India en la madrugada del sábado 13 de febrero.

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